Carta abierta a José Mourinho
Querido José:
No quiero dejar pasar esta oportunidad para darte mi más sincera enhorabuena por la consecución de la Copa del Rey, máxime después de haberlo logrado ante el que, según todos los expertos, es un equipo de época.
Cuando formalizamos el fichaje de Cristiano Ronaldo, tu representante Jorge Mendes, me insistió en repetidas ocasiones sobre la conveniencia de que llegara a un acuerdo contigo para que te incorporaras al Club después de la salida de Fabio Capello. Eras el mejor, me decía. Y quizá tuviera razón; cuando menos tu curriculum y trayectoria demuestran que estas entre los elegidos. Pero creímos que siendo un grandísimo entrenador, tu personalidad tendría un encaje difícil en nuestro Club. Tu forma de entender el fútbol que, aunque no comparto, es muy respetable, es la que nos llevó a rescindir el contrato del italiano y no es bien admitida, ni comprendida, aun ganando títulos, y hay pruebas más que sobradas de ello en la historia. Por esa razón habrás leído, supongo que con disgusto y sorpresa, las manifestaciones del gran e irrepetible Alfredo Di´Stefano después del partido de Liga contra el Barcelona, y las de muchos otros con ocasión del partido de Champions. Tu actual Club no es el Inter o el Chelsea, donde la gente se conforma solo con ganar.
Pero, sobre todo, teníamos el absoluto convencimiento de que, con tu carácter, sería imposible tu convivencia con los medios de comunicación de nuestro país, con su intromisión permanente en todo lo que ocurre en el Club, con el afán de algunos de ellos por destruir y atacar al poderoso o triunfador, con su forma de comportarse en las salas de prensa, con los espurios intereses de muchos de ellos y con la presunción de que son más competentes y desempeñarían el trabajo del entrenador, del presidente y de los directores generales, mucho mejor que ellos. Además, para colmo y por desgracia, comunicar la verdad no siempre es el objetivo prioritario de algunos.
Ello no excluye que tu comportamiento no sea el que se le supone al entrenador de un club como el nuestro.Pero esa forma de actuar, dentro y fuera del terreno de juego, ya la conocíamos todos, incluido el presidente. Por tanto el culpable de lo que está sucediendo no eres tu, sino quien te ha dado todo el poder y te ha entregado, sin condiciones, al mejor equipo del siglo XX, para que lo manejes a tu antojo.
Por esta razones y como conocedor de la casa y de quienes la dirigen en la actualidad, estoy siguiendo con verdadero interés tu aventura deportiva pero, sobre todo, tu relación con los que se ocupan de la información deportiva, tus manifestaciones sobre ellos y tu enfrentamiento con algunos. Has llegado a decir que dudabas de que se alegran del triunfo en la Copa del Rey.
Y de eso quería hablarte. Segúramente desconoces que has tenido la suerte, y al mismo tiempo la desgracia, de que tu presidente actual sea quien es. Tenías que haber ocupado el cargo en una época reciente, en la que muchos se frotaban las manos cuando faltando 20 minutos para terminar el partido perdíamos 0-1 con el Mallorca en casa y se nos escapaba la Liga. En la que hubieras podido leer y escuchar cómo aseguraban que Pepe, Marcelo e Higuain eran unos “petardos” que habían sido fichados para que el Presidente, y los responsables deportivos del Club, se llevaran unas suculentas comisiones. De estos últimos, por cierto, tu manporrero de lujo publicó una muy edificante portada con la pacífica consigna de que “había que matarlos“. O flitraban informes de supuestos expertos en aviación dando cuenta del altísimo riesgo que corríamos al viajar en el avión que utilizábamos y que, por cierto, producía admiración en todos los aeropuertos en los que aterrizábamos. Incluso como un desvergonzado y macarra llamado Antonio Gonzalez Ferreras obligaba a un periosista ya fallecido a que dijera que veía pancartas imaginarias contra el presidente en los partidos que retransmitía para la Sexta. Y así podría enumerarte una serie ilimitada de etceteras que no dejarían de sorprenderte.
Eso sí que era fomentar el caos, la difamación y la desetabilización institucional, y no lo que estás viviendo y de lo que te quejas ahora. Entre los más activos se encontraban varios desaprensivos y amorales que tanto te apoyan y te defienden. Todos dirigen o trabajan para medios poderosos e influyentes, y eso te está ayudando mucho más de lo que te imaginas. Hace unos días, sin ir más lejos, recibí un mensaje de un prestigioso y muy respetado periodista deportivo con el siguiente texto: ”Si un entrenador tuyo hace lo que hizo Mourinho el día del partido de liga contra el Barcelona te ahogan en La Cibeles, pero donde yo trabajo nadie se atreve a decirlo porque peligraría nuestro puesto de trabajo”. Y es que el miedo es libre y muchos recuerdan que por sus críticas a quien te contrató, algunos colegas perdieron su puesto de trabajo. Y no está la situación como para irse al paro.
Pero también has tenido la desgracia de que ese mismo presidente sea el que, para poder volver al puesto que voluntariamente abandonó, hipotecó el futuro del Club, entregándose a determinados sujetos que se llaman periodistas, y que yo llamo “asesinos de reputaciones”. Se trata de personajes que se alquilan al mejor postor y cuyas pretensiones de retribución, en efectivo o en especie, son muy altas. De ellos se valió para que difundieran todo tipo de mensajes y consignas que perjudicaran la imagen de quien era un presidente intruso que había estropeado sus planes, y de todo lo que con él tenía relación, incluida el área deportiva. Y eso pasa factura. Los amigos chantajistas, como es habitual en ese mundo, siempre quieren más (noticias, exclusivas, datos internos, cotilleos etc.) y, según decía un protagonista de una película sobre el hampa “A los extorsionadores o no se les hace caso o se les mata”.
Y, en otro bando, están aquellos que no se entregaron abiertamente a la causa al no estar acostumbrados a publicar rumores y que no aceptan consignas para ejercer su profesión, quienes aprovechan la menor ocasión para revelarse ante la injusticia de las primicias y las exclusivas con las que son habitualmente perjudicados en favor de los golfos.
Y el “pagano” por todo ello no es otro que el Real Madrid que ve como todo lo que ocurre en las oficinas y en el vestuario aparece en los periódicos y en programas de radio y televisión, donde todos se creen con derecho a opinar, criticar, pontificar y destruir. Por causa de ello el Club vive en una zozobra continua que complica muy mucho su existencia y hace muy difícil el trabajo de todos los que pertenecéis a él
Esperaba que el triunfo en la Copa del Rey te proporcionaría tranquilidad y sosiego pero por tus declaraciones después del partido de Champions, me da la sensación de que ya no puedes más. Tengo la impresión de que estás muy solo, quizá por tu culpa, y me consta que piensas que así es imposible trabajar y que, por ello, estás planteándote hacer las maletas. No me extraña. Este país es así. Maravilloso en muchas cosas pero muy cabrón en otras que ahora estás descubriendo. Por esa forma de ser nos hemos matado, entre nosotros, en demasiadas ocasiones a lo largo de la historia.
Espero y deseo también que, por el bien del Real Madrid y antes de que te vayas al Manchester, que es tu objetivo e ilusión a corto plazo, consigas algún título más para añadir a tu brillante palmarés y, de paso, para hacer más grande aún nuestra sala de trofeos.
Mucha suerte y un abrazo.
Ramón Calderón
lo de la “prensa” de este pais es vergonzoso,no son periodistas son esclavos al servicio de su amo,sea quien sea este amo,porque usted tambien tuvo sus defensores y aun los tiene,se podra hablar de que mouriño perjudica la imagen del madrid y el mal entendido señorio,yo como socio del real madrid estaba hasta las narices de que todo el mundo nos pisotee tanto institucional como deportivamente,y ya es hora de que alguien saque la cara por nosotros y me da igual el señorio,la historia y demas chorradas que dicen los antimadridistas unica y exclusivamente para ofender al madrid.le pese a quien le pese estamos con mou.