Reproducimos un artículo del periodista MATIAS ANTOLIN publicado en 14 periodicos regionales.

Luces de Bohemia

Muchos periodistas babosean ante el señor Pérez y echan gasolina al fuego para atizar la hoguera

 

Sé que no se debe respetar a quienes no tienen derecho a ser respetados. Rechina la tarima de la ética de Florentino Pérez. ¿Por qué exactamente? - debemos investigar por nuestra cuenta al involucrar https://essaysworld.net/do-my-marketing-homework con las palabras "do my marketing homework" u otros marcadores para identificar correctamente el tipo de trabajo. El juez que instruye el proceso del voto por correo en las últimas elecciones al Real Madrid, ganadas por Ramón Calderón en 2006, está bajo sospecha. Habiendo sido Calderón quien denunció las falsificaciones, los esbirros del señor Pérez quieren convertir en acusado al acusador.
Anda Florentino por los palcos inflamado de ego, camina escoltado por su mefistotélica sonrisa postiza y mucha jactancia. Es de esos astutos que puede entrar después de ti en una puerta giratoria y salir antes que tú por el otro lado. Es como un perro sin rabo; nunca sabes si está contento o cabreado. Tiene la calma de los buitres y el olfato de las hienas. Varios testigos han reconocido que recibieron instrucciones de empleados de Florentino para utilizar documentación que éste tenía de las últimas elecciones y entregársela a Villar Mir, quien la utilizó falsificando las firmas. ¡Qué tropa! El señor Pérez, es capaz de contratar a El Dioni para robar balones en el centro del campo y a un verdugo para ejecutar la pena máxima. Sabe que todo se puede comprar con dinero; y lo que no…¡con mucho dinero!El propio Florentino sufraga los gastos de uno de los abogados de la acusación particular contra Ramón. El señor Pérez está siendo infatigable en la persecución al señor Calderón. El juez que lleva el caso, Valentín Sanz Altozano, es primo hermano de Angel García Altozano, Director General Corporativo del grupo ACS, presidido por F.Pérez. ¡Qué casual casualidad!…
Con querencia al bochorno, alzo los hombros con gesto perplejo y tengo que controlar en la punta de la lengua un flujo de rabia. Se me atraviesa la mala uva en el gaznate cuando pienso en el vil linchamiento de que ha sido víctima Ramón Calderón. El malvado Florentino Pérez camina entre la miseria de sus prejuicios y la torpeza de sus obsesiones. Todo es relativo, menos Florentino Pérez que es absoluto. Absolutamente impresentable. Considerando que en este suceso hay presunción de indecencia de la peor ralea, adolezco de cólera y enojo. No he encontrado, ni en el cubo de la basura, un adjetivo para calificar, sin ofender, todo lo que me viene a la mente contra la jauría humana periodística, patrocinada por Florentino, que se ha empeñado con mezquindad y ahínco en destrozar una reputación. Para desacreditar a alguien, como Ramón Calderón, hay que tener mucho crédito, y Florentino Pérez no lo tiene. Hay manchas que no se borran nunca.
Muchos colegas son carroña, buitres que merodean sobre las víctimas y que se saltan la línea entre la calumnia de la hipótesis, despreciando la verdad. En periodismo no hace falta cerillas, algunos se queman solos. Hay mucha joya en esta profesión que brilla exhibiendo su barata bisutería. Muchos periodistas babosean ante el señor Pérez y echan gasolina al fuego para atizar la hoguera contra Calderón. Paren el mundo de Florentino, que yo me bajo en la próxima.