CUENTO SOBRE LA HISTORIA RECIENTE DE UN VALIOSO AUTOMÓVIL (I)
Como el hombre rico y poderoso nunca había regalado nada en la vida, se arrepintió pronto de su inusual conducta y ordenó a sus acólitos que recuperaran su automóvil, lo que hicieron dejando en ridículo al lacayo tonto que, ingenuamente, se había creido legítimo propietario.
Transcurridos unos meses y a pesar de que encargó a sus ayudantes y servidores que impidieran que el automóvil quedara fuera de su control, quiso el destino que, por un descuido imprevisto, cayera en manos de un humilde hombre de pueblo que lo mimó con esmero, le sometió a una revisión en profundidad, contrato mecánicos experimentados y trabajadores, sustituyó las piezas deterioradas por otras de marcas menos conocidas pero que ofrecían un mayor rendimiento; se desprendió de los adornos y oropeles superfluos e innecesarios y, en solo un año, consiguió ganar el primer premio en el concurso nacional más prestigioso; éxito que, con gran facilidad, repitió al año siguiente.
Estos hechos disgustaron sobremanera al hombre rico y poderoso que se sintió herido y humillado porque, a pesar de la gran inversión realizada anteriormente con él dinero ahorrado por los miembros de la familia centenaria, había fracasado estrepitosamente en ese mismo empeño en los tres años anteriores.
Igualmente la soberbia y arrogancia impedían al hombre rico y poderoso admitir que alguien sin su estatus recibiera los premios y galardones de los que se consideraba merecedor y empezó a experimentar, además, que sin aquel automóvil, su poder, popularidad, influencia y fortuna habían disminuido de forma notable.
Supo, también que, con mucha paciencia, dedicación y habilidad, el nuevo propietario había conseguido adquirir una de las piezas más valiosas del mundo que, acoplada en el motor que había ya conseguido que funcionara casi a la perfección, podía convertir al automóvil en una pieza única y admirada en todo el mundo y aspiraría a ser seleccionado para conseguir los mal altos premios y trofeos.
Decidió entonces utilizar todo su poder, influencia y cualquier medio a su alcance, lícito o no, para recuperar el que había sido su capricho, su juguete y un instrumento que aumentaba su protagonismo, poder y fortuna. Las artimañas fueron numerosas y variadas y, para conseguir su objetivo, no puso límite, ni escatimó tiempo y dinero. Compró y alquiló personas, se benefició de los servicios de especialistas en la difamación y de comunicadores desaprensivos y venales y luchó hasta la extenuación para lograr que el nuevo propietario fuera zarandeado, vilipendiado y despojado de su vehículo con malas artes y falsas acusaciones.
Cuando finalmente consiguió arrebatarselo, lleno de soberbia, y desatendiendo los consejos de quienes le recordaron que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, volvió a dar rienda suelta a su vanidad y, decidió gastar el dinero que el anterior propietario había ahorrado con su política de buena administaración para sustituir, nuevamente, todas las piezas, artilugios, dispositivos y engranajes, por otras mucho más lujosas y caras, sin preocuparle la eficiencia de su funcionamiento ni el previsible resultado, y volvió a cubrirlo de ornamentos, abalorios, adornos y lo pintó de forma estrafalaria.
De ello se aprovecharon y sacaron partido otros acaudalados y mucho más listos hombres del negocio automovilístico quienes, después de adquirir las piezas despreciadas y regaladas por el hombre rico y poderoso, y colocarlas en sus vehículos, consiguieron ganar con ellos todos los certámenes a los que acudieron y recibieron el reconocimiento mundial ante la rechifla de los expertos, algo que desconcertó tremendamente al hombre rico y poderoso e incrementó aún más su indignación.
(CONTINUARÁ)
y yo tb me pregunto pq el mecanico que arreglo los bajos del coche del poderoso, ascendio a copiloto. Para luego quedarse en la cuneta
Ramon, por que no reordena la edicion del titulo “Retrato en Blanco y Negro de un conseguidor”, escrito por Juan Carlos Escudier y que narra los siniestros tejemanejes politicos, empresariales, financieros de ese gran traficante de influencias llamado Florentino Perez. Este ya se encargo en su dia de descatalogar el libro de los circulos editoriales. Influyente es el pájaro. A ver si se va pronto y se lleva a adlatere cantamañanas Valdano.
El cuento está bien, aunque no tiene emoción porque el final ya lo sabemos todos. Y el desarrollo de la acción se repite constantemente, el hombre rico y poderoso mete la pata una y otra vez… Me pregunto qué pasará con el automóvil dentro de unos años si lo sigue conduciendo este hombre rico y poderoso.