Un campeón integral
Es un chico normal y corriente, con la misma actitud, comportamiento, inquietudes y aficiones que todos los jóvenes de su edad; con la timidez justa para ocultar su viveza y éxito en la vida y así no despertar más envidias de las precisas pero, además, es un campeón del mundo en el deporte que más pasiones levanta, el que cuenta con mayor número de practicantes y mueve a cientos de millones de personas en el mundo entero y, por ello, y por su actitud en la vida, ya ha conseguido ser un referente para los jóvenes.
No sabe lo que gana ni le importa, aunque no es más de lo que se merece y genera para el Club en el que milita. Por su posición en el campo su camiseta lleva impresa el número uno y, sin duda y por derecho propio, también lo es deportivamente hablando en el terreno de juego. Por una extraña e inexplicable causa, en diferentes épocas de su carrera deportiva, ha tenido que luchar, en su propia casa, contra quienes le querían buscar sustituto y siempre ha salido vencedor por goleada, pero en la puerta contraria, porque la suya ha permanecido imbatida.
Los que le conocen saben bien que, ante todo y sobre todo, es un deportista con todo lo que esa palabra implica y representa, y acaba de demostrarlo con creces con su reacción ante un absurdo y demencial conflicto generado por el afán de alguien en empeñarse en atropellar la razón y defender la peligrosa de teoría de que el fin justifica los medios.
Ser abanderado y defensor de las virtudes propias de los deportistas parece que le ha ocasionado ser víctima de una cobarde e inexplicable sanción encubierta impuesta por quien, con su irresponsable actitud, fomenta el enfrentamiento, las disputas y la enemistad con los compañeros de los equipos rivales sin comprender que ese comportamiento es el peor ejemplo para los amantes y seguidores del deporte y el mayor enemigo de tu propia causa.
Los que son como él nunca cambian y estoy seguro de que, para su bien, el de su equipo y el de sus compañeros de profesión, seguirá actuando como le dicta su conciencia. Su palmarés está lleno de triunfos y títulos, pero con su reciente comportamiento ha demostrado que reconocer los errores y saber perder también es otra forma de ganar.
Yo no me explicaba la reacción de Casillas cuando acabaron los clásicos del año pasado y los de la supercopa. Parecía que le habían lavado el cerebro y no veía la realidad. Que si árbitros, que si cosas raras… En fin, excusas. Pero con esto demuestra que sabe perder. Al menos él, porque su mister e imagino que la cúpula no saben, y nunca han sabido.
Sí, pero como capitán tiene que saber callarse a tiempo y obligar a sus compañeros a salir a aplaudir al campeón. Al menos, como capitán de un equipo señor.
Casillas no puede permitir que se hunda su reputación por culpa del mal genio del entrenador. Es un icono del fútbol Español y está llamado a ser Presidente del Real Madrid algún día por sus valores y su entrega, Iker es intocable, le guste o no a Mourinho (eso no quita a que nuestro capitán no baje la guardia y luche por superarse día a día así mismo)